No, no voy a reafirmar mi condición de ateo que despreciando y vejando por escrito esta ni otras de las, por mí tan odiadas, religiones. Eso quizá en otra ocasión (risas de esas de malo maloso)... Simplemente, me llama la atención como la hipocresía y la corrusión (mezcla de corrosión y corrupción) comercial llega a todos los putos lados de manera tan flagrante.
Y es que celebrar una comunión cuesta una pasta, del orden (según leí por ahí) de entre 2000 y 3500 euros; a saber: el convite, el trajecito inútil que sólo se pone una vez en la vida, la iglesia... En definitiva mucha pompa y mucha mierda, para que a la postre no sea más que un circo en el que los padres se flipan magnificando una celebración que en origen tiene un fondo religioso.
La religión se ha culturalizado y comercializado (entre otras perversiones) en algunos aspectos, de modo que estas comuniones al igual que otras celebraciones se han convertido en algo que la gente hace sin tener la más mínima mota de fe en ello. Es triste llevar a un hijo a un acto religioso por el cual no puede decidir, pero más aún es que en ocasiones ni los propios padres sean verdaderos creyentes, y gasten una fe de ateísmo práctico. Es una pantomima y una burla a la verdadera cristiandad y la gente que verdaderamente profesa esa fe. Es un ejemplo más de cómo el ser humano lo desvirtúa todo, y de cómo se hace negocio de todo cuanto lo que se puede deglutiendo la voluntad o la capacidad de decisión de las personas. Tal es la sociedad de consumo, tal es nuestra realidad como país de primer mundo grgrgrrrgrgrgrgrgrgrgr se man quitao las ganas de seguir escribiendo.
Y es que celebrar una comunión cuesta una pasta, del orden (según leí por ahí) de entre 2000 y 3500 euros; a saber: el convite, el trajecito inútil que sólo se pone una vez en la vida, la iglesia... En definitiva mucha pompa y mucha mierda, para que a la postre no sea más que un circo en el que los padres se flipan magnificando una celebración que en origen tiene un fondo religioso.
La religión se ha culturalizado y comercializado (entre otras perversiones) en algunos aspectos, de modo que estas comuniones al igual que otras celebraciones se han convertido en algo que la gente hace sin tener la más mínima mota de fe en ello. Es triste llevar a un hijo a un acto religioso por el cual no puede decidir, pero más aún es que en ocasiones ni los propios padres sean verdaderos creyentes, y gasten una fe de ateísmo práctico. Es una pantomima y una burla a la verdadera cristiandad y la gente que verdaderamente profesa esa fe. Es un ejemplo más de cómo el ser humano lo desvirtúa todo, y de cómo se hace negocio de todo cuanto lo que se puede deglutiendo la voluntad o la capacidad de decisión de las personas. Tal es la sociedad de consumo, tal es nuestra realidad como país de primer mundo grgrgrrrgrgrgrgrgrgrgr se man quitao las ganas de seguir escribiendo.
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