El agua cae mientras miro el horizonte.
Un cielo color ceniza vierte lágrimas negras
mientras pronuncio tu nombre.
Dulces lágrimas del cielo que,
presurosas corren a unirse a las mías,
resbalan, danzan, retozan,
y purifican mi cuerpo.
Más el dolor de mi alma lo dejan dentro.
Árboles hay testigos
de mi pena y mi destino.
Más no desisto.
Por hallar tu aroma perdido
en el aire, me encuentro listo
para la muerte o el peor de los destinos.
Si no pudiera volver a verte
esta vida carecería de sentido.
Sin poder mirar tus ojos de nuevo
no me queda más fin que el olvido.
Si no te hallo entre mis brazos
¿para que quiero mi cuerpo?
¿Para que quiero estar vivo?
Agoto las horas bajo un cielo azul plomizo.
El agua ya me ahoga y no siento pena ni dolor
por mi destino, pues lo que verdaderamente
duele es no volver a estar contigo.
Eres mi vida y sin ti perezco.
No hay más deseo que tú,
ni más premio que en mi pecho,
sentir tu aliento
mientras hacemos el amor
en mi solitario lecho.
04/12/04
Un cielo color ceniza vierte lágrimas negras
mientras pronuncio tu nombre.
Dulces lágrimas del cielo que,
presurosas corren a unirse a las mías,
resbalan, danzan, retozan,
y purifican mi cuerpo.
Más el dolor de mi alma lo dejan dentro.
Árboles hay testigos
de mi pena y mi destino.
Más no desisto.
Por hallar tu aroma perdido
en el aire, me encuentro listo
para la muerte o el peor de los destinos.
Si no pudiera volver a verte
esta vida carecería de sentido.
Sin poder mirar tus ojos de nuevo
no me queda más fin que el olvido.
Si no te hallo entre mis brazos
¿para que quiero mi cuerpo?
¿Para que quiero estar vivo?
Agoto las horas bajo un cielo azul plomizo.
El agua ya me ahoga y no siento pena ni dolor
por mi destino, pues lo que verdaderamente
duele es no volver a estar contigo.
Eres mi vida y sin ti perezco.
No hay más deseo que tú,
ni más premio que en mi pecho,
sentir tu aliento
mientras hacemos el amor
en mi solitario lecho.
04/12/04
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